domingo, febrero 18, 2007

El afiladoooor, “piribiripí, piriripipi”, “piribiripí, piriripipi”


Hoy ha venido al barrio el afilador, desde lejos ya se podía oír su característico silbato, “piribiripí, piriripipi” enseguida han venido a mi mente dulces recuerdos de mi infancia cuando todos los vecinos bajábamos al oírlo con nuestros cuchillos y tijeras.
Yo me apuntaba el primero, le pedía a mi madre algo, lo que sea, para poder llevárselas al afilador y así poder ver en primea fila el chisporroteo que provocaba el roce de la piedra de afilar contra el acero, efectos especiales como esos no se veían todos los días así como así.
Por eso hoy he bajado sin pensármelo dos veces con mi cuchillo en mano, esperaba así rememorar esos dulces recuerdos, no esperaba encontrar mucha gente haciendo cola, ahora con esos cuchillos dentados que anuncian en tele tienda que lo mismo te cortan un tomate que una barra de hierro pensaba que ya casi nadie usa los servicios de los afiladores y quizás por eso están desapareciendo.
Pero no ha sido así, a pesar de haber bajado rápidamente, casi casi como en mi más tierna infancia, he tenido que esperar una larga cola. Y es que estaban todos allí, la viuda, con unas tijeras de costura, la de los pelos rizados con unas tijeras de peluquería, la limpia con una espátula, el apañao con un berbiquí, la Reme con un cuchillo de cocina, el meteorólogo con un pequeño azadón, el de la oreja de plástico con una hacha, los enanos con un cuchillo de cortar jamón y, como no, el silbador, que no pretendía afilar nada, solo quería que comprarle al afilador el silbato, o, en su defecto, que le indicara donde se podía comprar uno igual.
Todos se volvieron a la vez dedicándome una extremecedora sonrisa, tuve miedo y dudé entre seguir impertérrito guadando cola o echar a correr calle abajo para no volver más.
¿Y que podía hacer yo contra todos mis bien armados vecinos si solo portaba una ridícula tijera que uso para cortarme las uñas de los piés? Solo me quedaba la remota posibilidad de que estuvieran envenenadas, pero soy demasiado limpio y demasiado joven, aún, para morir.

10 comentarios:

mujer-florero dijo...

¿Aún quedan afiladores por las calles?
Hace siglos que no veo ninguno.
El que venía por mi barrio cuando yo era una cria, era gallego y cantaba..... El afilador, paraguero, acompañado por el sonido de una Armónica. Y para la chiquillería era una fiesta.

laonza dijo...

Por Dios Chismi, que BUEN POST que maravilla!, yo casi me desmayo cuando oir el silbato de un afilador que paso por mi cale yo recén legada a estas tierras.... por mi casa siempre pasaba uno y con el mismo silbido ... NUNCA IMAGINÉ QUE FUERAN TAN INTERNACIONALES....
BESOS CHISME.. me voy muy contenta silbando como el afilador...

Mandarina azul dijo...

Seguro que el afilador también ha afilado alguna lengua de su comunidad... ¡porque lenguas muy afiladas las hay, eh!

:)

nancicomansi dijo...

Ja,JA,JA...A ver a si Narciso Ibañez Serrador le llega este post y hace un remedo de peli de vecinos "satánicos" como en "La semilla...." de Polanski...pero a la española...con su afilador y todo...

gemmacan dijo...

Lo bien que me iría para las uñas de los pies. Lástima de evolución!

Anónimo dijo...

Holaquétal. Je. Ay, el afilador. Qué recuerdos. Tiruriiiiiiiii... tirurí-ti. Ese ruido hacía el de mi barrio. Y yo también corría a la calle, como cuando oía el organillo de los gitanos que venían con su cabra.
Cuídese mucho, mr. chisme.

Antonio Latorre Jimenez dijo...

Florero-woman, alguno queda pero se estinguen, como se estinguieron los dinosaurios.

Laonza, que los afiladores estuvieron por todas partes es de todos sabido, dicen que cuando Colón piso suelo americano, le estaba esperando un afilador para ver si hacía negocio con ellos.

Mandarina, espero que no se refiera a mi lengua.


Nancicomansi, espero que no se cumplan mis peores pesadillas, no duermo, no como, vivo sin vivir en mi.

Mia moore, si tiene usted problemas con el excesivo crecimiento de sus uñas, será para mi un honor hacerle la pedicura.

Vili, Vili ¿pero de donde sales chiquilla? ¿Que es de tu vida?

Anónimo dijo...

Je. Vuelvo del más allá para leerle a usted, sr. chisme. Y seguiré haciéndolo, además. Que lo sepa.

Mandarina azul dijo...

¡Que Dior me libre de ni siquiera insinuar que me refería a su lengua!

Lula Towanda dijo...

Siempre he pensado que no hay nada más terrorífico que una comunidad de vecinos, pero con objetos punzantes es espeluznante