Mientras ella dulcemente duerme su melopéa

Mientras ella dulcemente duerme su melopéa, yo sigo a lo mio, he tenido tiempo para tomarme un par de tazas de té, he puesto dos coladas, en una de ellas iban las fundas de mis cojines, se los cambie sin interrumpir su descanso, sujetando su embotada cabecita con una mano mientras le daba el cambiazo con la otra, ahora reposa sobre un paño de cocina, limpísimo claro está.
Si sigue así seguro que me da tiempo de secarlos en la secadora y para cuando despierte los tendrá otra vez, ahora ya limpios y oliendo a su suavizante preferido, ya sabeis el de aromas salvajes del mediterraneo.
Ni se va a enterar, despertará y aquí paz y después gloria.
También he tenido ocasión de limpiarle los zapatos dejándolos sin rastro alguno de albero, si estuviese aquí mi vecina Carmen, la enfermera de Sanlucar, hasta sería capaz de hacerle un lavado de estómago para que se recuperase más prontamente.
¿Cómo debe de estar su digestón para no despertar? Con ese ajo dando vueltas y más vueltas entre los garbanzos y las rodajas de morcilla, esos jugos gástricos mezclandose con el mosto, claro ¿no va a estar insconsciente, con toda la sangre concentrada en su aparato digestivo?
Yo, sin embargo, en cuanto me detengo a mirarla concentro mi torrente snguineo en mi órgano favorito, por eso no puedo parar, ¡ya estoy pensando en limpiar los baldosines de la cocina o pintar el pasillo¡ no te digo más.
Necesito relajarme, me serviré un poco de wiski con hielo y me sentaré a esperar mientras escucho Madame Butterfly de Puccini, hasta puede que me encienda un cigarrillo, un día es un día, ya no debe tardar mucho en despertar, no, como me pesan los ojos, no no son los ojos , son los párpados, si los párpados, que bonita palabra, esdrújula y todo, me encantan las palabrabas estrújulas, estrúgulas.............brurrr, brurrr, frorrrr..................