viernes, marzo 17, 2006

Plan de pensiones


Vino a mi casa por la tarde, necesitaba un par de cebollas para hacer la cena, por lo visto esa noche trabajaba y solía llevarse la cena hecha para compartir con los compañeros de turno.
La invité a pasar y nos sentamos en mi cocina a tomar un cafecito, cruzamos varias frases sin importancia hasta que la conversación derivo hacia temas de su hospital, y fue hay donde empezó a ponerse interesante.
Me contó un caso que estaban tratando en su servicio, los datos clínicos no me interesaron mucho, pero al llegar a los personales ya me concentré en lo que me decía:
-Pues es una señora mayor, chiquita y regordeta, no te lo vas a creer pero es verdad tiene un compañero, vive con un señor que no es su marido y que además y a pesar e su edad tiene muy buena planta.
Tome nota mentalmente de la habitación y de la planta porque en ese instante me vino a la memoria que, casualmente una vecina Julia estaba, la pobre , ingresada en ese mismo hospital victima de una dolencia cardiaca.
Para no dar tiempo a la resolución, para bien o para mal, de estos dos casos decidí visitar a mi querida y oportuna vecina al día siguiente aprovechando que Carmen descansaba, no vaya a ser que pensar de mi que era un metomentodo, faltaría más.
No duró mucho mi primera visita, la pobre Julia no estaba para mucha conversación así que dirigí mis pasos hacia mi objetivo y así, como quien no quiere la cosa, pasé por delante de su habitación varias veces sin poder ver nada, nadie salía ni entraba por lo que no tuve más remedio que pasar a la acción.
Toque con los nudillos y sin esperar contestación abrí la puerta y entré, como quien entra en su casa vamos. Solo había dos personas la enferma encamada y un señor alto que me daba la espalda hasta que me oyó decir:
-Oh, disculpen, creo que me he confundido de habitación.
Entonces se volvió y pude ver su cara, lo conocía, seguro que lo conozco, yo no olvido una cara así como asi.
Me volví a casa con su cara dándome vueltas en la cabeza, hasta que, una vez aparcado el coche en el garaje, me dispuse a abrir la puerta que da a los ascensores y caí en la cuenta, si era él, el mismo que se estaba morreando con mi vecina la viuda iatrogénica.
Que clase de hombre puede hacer algo así, mientras guarda cama a su compañera moribunda, calienta la cama de una viuda muy bien indemnizada.
¿Qué diabólico plan tenia en mente? Bueno, más que diabólico, su plan es de lo más humano, es como un plan de pensiones. ¿No?

7 comentarios:

vilipendia dijo...

¡Por dios y por la virgen! Esto parece motivos personales...

Anónimo dijo...

Nada, que no pierde el tiempo el gachó.
Quiza lo haga por motivos estrictamente humanitarios.

cerise dijo...

que emocionante ..eso es mejor que cualquier culebron de la pequeña pantalla...

Anónimo dijo...

Mira hay algunos que no descansan, van buscando sustitutas por si acaso.
¡Que pena, que inconscientes llegamos a ser!
Un saludo

cris dijo...

yo no soy cotilla, pero espero impaciente la continuación de la inestigación

la-de-marbella dijo...

jajajajaja, me encanta. Un ligón en toda regla, mientras una se cura, él cura la soledad de la viuda. En el fondo es un sacrificaó de la vida el tipo. Sigue con la investigación, no nos dejes en ascuas jajajaja. Muy bueno, como siempre.
Saludos Marbellís

Lula Towanda dijo...

La casualidad no existe, por algo te tropezaste con él. Dentro de nada lo tienes de vecino. Mantennos al corriente