Ya solo quedamos, María, Vicente y yo, de María poco he de decir ya que poco recuerdo de ella, era tan insulsa que pasaba prácticamente desapercibida. (Podeís comprobarlo en el enlace)
Y Victoria, la victoriosa, de ella no me pudo olvidar, sobre todo porque ahora es la jefa, la Gran Jefa, ¡Hay! ¿Qué sería ahora de mí? ¡Si no fuese por mi mala cabeza! ¿Por qué tuve que dar más valor a mis sentimientos que a la lógica? ¿Acaso no es cierto que con el roce se hace el cariño? En fin, a lo hecho, pecho, solo espero que Victoria no lea este blog porque mi psicoanalista me ha recomendado que no me quede en paro.
Vicente (Sonrisas y lágrimas), Pere (Diazapán), Victoria y yo salimos una noche de marcha, nos lo pasamos genial viendo como Vicente trataba de ligar, sin éxito, con las viejunas en la discotecas con la intención de encontrar alguna que le retirase de su vida laboral.
En el viaje de vuelta, Pere, el tranquilo, conducía totalmente sobrio, Vicente (Sondormitaba su derrota y victoria y yo ocupábamos el asiento de atrás. Victoria, siempre resuelta, inició unas cortas maniobras de aproximación que terminaron agarrando con soltura la parte del hombre que suele ser nuestro órgano favorito.
Trajinamos lo que pudimos sin que los otros se enterasen de nada durante el viaje y al llegar a casa hice obedientemente mis deberes y terminamos la faena.
Al día siguiente Victoria quiso seguir con el negocio pero yo le dije, ingenuo de mi, que no me interesaba el producto, así que durante unas semanas la situación se volvió un poco tensa, incluso hostil.
Pero retomando la historia desde el principio recordad que faltaba una semana para los carnavales y una vez acabada la fiesta en el ático nos decidimos por acudir a los carnavales de un cercano pueblecito costero, yo conducía mi coche y conmigo se montaron cuatro chicas, entre ellas Victoria, que ya venia un poco “piripi” y, como no Luisa, mi sombra.
Ya en el pueblo nos metimos en la fiesta y gracias al tumulto pude ir esquivando a Luisa fácilmente, en un momento dado una muchacha empezó a bailar a mi lado sospechosamente, le seguí el juego y parecía que la cosa marchaba bien, yo llevaba una botella de cerveza en la mano y cuando se me terminó me dirigí a la barra para repostar, ella me siguió, genial esto marcha pensé, y no solo me siguió si no que se ofreció a invitarme. Pasamos un rato en la barra charlando a pesar del escándalo general, si ella se acercaba decirme algo nos rozábamos libidinosamente, yo le respondía rápidamente y si ella me había cogido el brazo para acercarme, yo la sujetaba por el hombro mientras le hablaba, al principio agarrábamos y soltábamos en cada frase pero conforme fue avanzando la conversación dejamos de soltarnos y cada vez estábamos mas y más pegados, ella bebía cerveza con una mano y con la otra me cogió el culo apretándome contra sus caderas mientras yo le seguía hablando al oído pero sin despegar los labios de su pabellón auditivo, y cada vez que terminaba una frase besaba su cuello y el nacimiento de su pelo. En ese momento Luisa y sus amigas vinieron a despedirse.
-No nos esperes, nos volvemos a casa en otro coche.
Me pareció ideal, por supuesto, mi coche libre para, a propuesta de ella, realizar un romántico paseo nocturno por el puerto. Ya en mi coche empezamos a achucharnos y por poco nos olvidamos de que íbamos al puerto, menos mal que una voz pastosa y cazallera nos devolvió a la realidad.
-¿Ya estamos en casa? No me encuentro bien.
Pordiosbendito, esa voz, no me lo podía creer, era Victoria, si era ella que sin darme cuenta se había quedado en el coche durmiendo la mona.
-No Victoria, todavía nos falta un poco, anda, tu duermete que te aviso cuando lleguemos, -Le dije lo mas serenamente que pude para ganar tiempo-
Me hizo caso y arranqué el coche para ir al puerto, una vez alli resolví el asunto que traía entre manos con mi nueva amiga y regresé a casa con la agradable compañía de Victoria que me amenizó el viaje alternando ronquidos espeluznantes con vómitos que redecoraron mi tapicería. Creo que era plenamente consciente de lo que hacía.
En fin, durante los día siguientes mi nueva amiga apareció por casa de vez en cuando y al terminar ese mes nuestras compañeras de piso se mudaron a un apartamento para ellas dos solas.
Recuerdo que durante esa época muchos compañeros me auguraban un futuro prometedor, cuan equivocados estaban.
Ahora pregunto yo:
-¿Alguien puede creer que pueda tener algún tipo de futuro en la empresa que dirige Victoria?
Y Victoria, la victoriosa, de ella no me pudo olvidar, sobre todo porque ahora es la jefa, la Gran Jefa, ¡Hay! ¿Qué sería ahora de mí? ¡Si no fuese por mi mala cabeza! ¿Por qué tuve que dar más valor a mis sentimientos que a la lógica? ¿Acaso no es cierto que con el roce se hace el cariño? En fin, a lo hecho, pecho, solo espero que Victoria no lea este blog porque mi psicoanalista me ha recomendado que no me quede en paro.
Vicente (Sonrisas y lágrimas), Pere (Diazapán), Victoria y yo salimos una noche de marcha, nos lo pasamos genial viendo como Vicente trataba de ligar, sin éxito, con las viejunas en la discotecas con la intención de encontrar alguna que le retirase de su vida laboral.
En el viaje de vuelta, Pere, el tranquilo, conducía totalmente sobrio, Vicente (Sondormitaba su derrota y victoria y yo ocupábamos el asiento de atrás. Victoria, siempre resuelta, inició unas cortas maniobras de aproximación que terminaron agarrando con soltura la parte del hombre que suele ser nuestro órgano favorito.
Trajinamos lo que pudimos sin que los otros se enterasen de nada durante el viaje y al llegar a casa hice obedientemente mis deberes y terminamos la faena.
Al día siguiente Victoria quiso seguir con el negocio pero yo le dije, ingenuo de mi, que no me interesaba el producto, así que durante unas semanas la situación se volvió un poco tensa, incluso hostil.
Pero retomando la historia desde el principio recordad que faltaba una semana para los carnavales y una vez acabada la fiesta en el ático nos decidimos por acudir a los carnavales de un cercano pueblecito costero, yo conducía mi coche y conmigo se montaron cuatro chicas, entre ellas Victoria, que ya venia un poco “piripi” y, como no Luisa, mi sombra.
Ya en el pueblo nos metimos en la fiesta y gracias al tumulto pude ir esquivando a Luisa fácilmente, en un momento dado una muchacha empezó a bailar a mi lado sospechosamente, le seguí el juego y parecía que la cosa marchaba bien, yo llevaba una botella de cerveza en la mano y cuando se me terminó me dirigí a la barra para repostar, ella me siguió, genial esto marcha pensé, y no solo me siguió si no que se ofreció a invitarme. Pasamos un rato en la barra charlando a pesar del escándalo general, si ella se acercaba decirme algo nos rozábamos libidinosamente, yo le respondía rápidamente y si ella me había cogido el brazo para acercarme, yo la sujetaba por el hombro mientras le hablaba, al principio agarrábamos y soltábamos en cada frase pero conforme fue avanzando la conversación dejamos de soltarnos y cada vez estábamos mas y más pegados, ella bebía cerveza con una mano y con la otra me cogió el culo apretándome contra sus caderas mientras yo le seguía hablando al oído pero sin despegar los labios de su pabellón auditivo, y cada vez que terminaba una frase besaba su cuello y el nacimiento de su pelo. En ese momento Luisa y sus amigas vinieron a despedirse.
-No nos esperes, nos volvemos a casa en otro coche.
Me pareció ideal, por supuesto, mi coche libre para, a propuesta de ella, realizar un romántico paseo nocturno por el puerto. Ya en mi coche empezamos a achucharnos y por poco nos olvidamos de que íbamos al puerto, menos mal que una voz pastosa y cazallera nos devolvió a la realidad.
-¿Ya estamos en casa? No me encuentro bien.
Pordiosbendito, esa voz, no me lo podía creer, era Victoria, si era ella que sin darme cuenta se había quedado en el coche durmiendo la mona.
-No Victoria, todavía nos falta un poco, anda, tu duermete que te aviso cuando lleguemos, -Le dije lo mas serenamente que pude para ganar tiempo-
Me hizo caso y arranqué el coche para ir al puerto, una vez alli resolví el asunto que traía entre manos con mi nueva amiga y regresé a casa con la agradable compañía de Victoria que me amenizó el viaje alternando ronquidos espeluznantes con vómitos que redecoraron mi tapicería. Creo que era plenamente consciente de lo que hacía.
En fin, durante los día siguientes mi nueva amiga apareció por casa de vez en cuando y al terminar ese mes nuestras compañeras de piso se mudaron a un apartamento para ellas dos solas.
Recuerdo que durante esa época muchos compañeros me auguraban un futuro prometedor, cuan equivocados estaban.
Ahora pregunto yo:
-¿Alguien puede creer que pueda tener algún tipo de futuro en la empresa que dirige Victoria?
9 comentarios:
¿A qué se dedica la empresa de Victoria? ¿Tapicería de coches?
Logicamente, no me conviene dar más datos, además ¿Que importa eso?
De cotilla a cotilla... poco o nada importa, pero por saber...
Don Chisme: ¿Y para que quiere usted trabajar en la empresa de esa señora?
Ni en ninguna otra. ¿No cree usted que es mucho mas gratificante y divertido espiar a los vecinos, y luego contarnoslo a nosotros y así nos divertimos todos?
Joder pues si esa que has puesto en la foto, por lo menos es la Eugenia de Montijo o algo así. Buenas amistades gastas, amigo. Cuenta, cuenta; no pares.
Ehhh No don chisme, mejor no, es mala, muy mala la victoria esa.
laonza
Pues yo creo que si, que te ira bien. Es mas me atrevo a decir que será interesante conocer la personalidad de Victoria en estos tiempos. ¿Ha conseguido medrar en la vida? Alguien tan persistente debe haberlo hecho. Saludos
UYYYYY!! que mal rollo me da la señora esa...¿compensa tanto ( a nivel de "money" o realizacióln personal) como para aguantarla? ay...no se...no se...su vida puede convertirse en un infierno...(bueno, quizás exagero...un purgatorio...)
No si tratarme mal no lo hace, solo que me pasa com a muchos niños en el colegio, no progreso adecuadamente.
Besos a todos.
Publicar un comentario