jueves, febrero 01, 2007

A pelo


Los componentes de mi subgrupo lo formábamos cuatro chicos y dos chicas:
Pere; muy buen chaval él, lo puedo decir bien alto porque lo conozco bien, estudiamos juntos y es sobre todo tranquilo, muy tranquilo, quizás demasiado, tanto que le llamábamos Diazepán.
Solía tomarse un café con leche calentito antes de irse a dormir y no le quitaba el sueño, no, es más al día siguiente necesitaba dos despertadores para despertarse. Una vez le dejamos, cariñosamente, un poco de azafrán en la almohada y apareció en clase disfrazado de chino.
Cuenta la leyenda que en una ocasión, hace ya mucho, mucho tiempo salió de marcha con unos amigos y estos le invitaron a tomarse una de esas pastillitas de colores que te dan un subidón, pero no fue eso lo que pasó, no, mientras sus amigos estuvieron pegando botes sin parar por todos los garitos de la ciudad hasta que amaneció, a Pere le entró sueño muchas horas antes, le hizo el mismo efecto que el café con leche.
Pedro; el hombre de las mil caras, su capacidad de transformación era tal que si lo dejabas de ver un par de días pudiera ser que no lo reconocieras. Esto era debido a que su barba y su pelo le crecían muy rápidos, tanto que si alguna vez se me hubiese ocurrido dormir con él (cosa que no he hecho) muy bien podría haber observado como crecía su pelo y se poblaba su barba juntándose en una orgía capilar con el vello de su pecho y de su espalda, pordiosbendito ¿Os imaginais que nochecita? Y si coincidía con luna llena, no te quiero ni contar.
Si un día tenía bigote, al día siguiente podías verlo con barba por la mañana, sin barba por la tarde y con perilla poco antes de acostarse.
Pedro tenía novia y una vez vino a visitarlo, todos estábamos expectantes, por algo era el único que tenía novia. Y la expectación tuvo su recompensa, fue genial, nos reímos un montón y celebramos entusiasmados su afinidad, estaban hechos, sin duda, el uno para el otro. Claro que nos tuvimos que reír a escondidas porque su parecido residía en el bigote, que era casi tan poblado como el de Pedro, que besazos que se daban, salían chispas.

8 comentarios:

gemmacan dijo...

Pá mí que Pedro era el hombre lobo en Cádiz, y usted ni enterarse.
No está puesto en licantropos ¿no?

nancicomansi dijo...

Mira, se ve que hay hombres que se sienten ("pa" mí, marcianos...)atraidos por el vello femenino a "tuti-plen"...y la mayoría dale que dale con la epileidi cada dos por tres...
Ejem...sonrojante la foto...

Mandarina azul dijo...

Y ahora, ¿cómo siguen? Espero que Pere no tenga insomnio y Pedro alopecia... ¡Ya nos contará! Y también del resto del subgrupo... qué emoción.

Besos, Don Chisme.

Sintagma in Blue dijo...

Jo, me recuerda a mi viaje a Cuba. ¡¡Cuanto bigote femenino!! Desde las mujeres policías a las camareras o a las profesoras universitarias.

gemmacan dijo...

Una de las cosas que más me gustan de su blog, son los nombres para las etiquetas. :)

Mandarina azul dijo...

¡Estoy con mía en lo de los nombres de las etiquetas! Siempre me fijo, me parecen la pera...jaja

Harapos dijo...

¡Vivan los pelos!

Unknown dijo...

¿Los nombres para las etiquetas?Pero si no vendo nada, tengo algo que le gusta a dos mujeres y no se que es.