Socorro le da un repaso a David

Así estaba organizada la casa de Julián, él trabaja de repartidor con unos turnos mortales, lo mismo entra a las seis de la mañana que le pasan al turno de noche, pero bueno, es su trabajo y le da para vivir bien.
Su hermano David  está estudiando, o por lo menos pasea los libros con cierta frecuencia, puede que algún año de estos acabe lo que quiera que sea que estudia, nadie de la familia podría asegurar con certeza en que facultad se ha matriculado, es un muchacho, dulce, introvertido, tímido, apocado y huidizo pero sobre todo lo que más me llamó la atención de él es que es feo, muy feo, feisisimo. El pobrecito, me daba tanta pena, un chico tan bueno, feo eso sí, pero un pedazo de pan, y no creo que se hubiese acercado a una mujer a menos de un metro, pues eso señor Chisme, que me daba tanta pena y a la vez tanta ternura que aprovechando que una tarde estabamos solos me lo hice con él.
Hay, si usted hubiese visto la carita de felicidad que se le quedó, que rico es.
Y eso es lo que hacemos de vez en cuando, si estamos solos, le obligo a que de un repaso a sus libros y después le doy yo a él el repaso en condiciones, como que me ha dicho que a lo mejor este año paso de curso y todo.