viernes, octubre 06, 2006

Voy a descubrir el pastel IV. Se acabó



Muy bonito, nadie se preocupa por el arroz, pero es que olía tan bien y yo no he comido todavía, no nos olvidemos.
Andrés se dirigía, sin duda, al centro y yo tras él, siguiéndole lo más discretamente que permite el tráfico, pronto las calles se van estrechando, ahora se para, aparca y echa a andar calle abajo, a ver si encuentro un sitio para mi coche, creo que un poco mas adelante tengo uno, si, me cabe, aparco controlando a la vez la distancia hasta el coche de detrás y los pasos de Andrés.
Justo en el instante en el que termino de encajar el coche marcando las distancias sonoramente miro hacia atrás y Andrés ha desaparecido de la calle, salgo y miro alrededor, ni rastro.
Sin duda solo ha podido irse por el callejón que tengo frente a mi, otra vez a correr y con el estomago vació.
Pordiosbendito el callejón es inmundo, huele a meadero crónico, acaba en una plazoleta cutre con cuatro bancos destartalados. Veo dos bares, a mi derecha El Vaina, del que salen acordes de musica venezolana creo, paso por delante de la puerta y los veo,
Olga y Andrés estan juntos, sentados en una mesa preparada para comer, un camarero les toma nota. No me puedo parar, no vayan a verme, creo que solo puedo entrar en el otro bar y asi, de paso comeré algo.
Veamos Bar Manolín especialidades en tortilla de patatas y bocadillos, bueno tendré que probar esos bocatas. Los he visto más limpios pero por lo menos suena Camarón.
Creo que Olga, para evitar ser vistos al entrar o salir de la casa de Andrés ha preferido cambiar de planes, de esta manera ha cogido las riendas de esta relación, que discreta y a la vez decidida.
Bocadillo de patatas, aceitunas rellenas de anchoas, cerveza sin alcohol y de postre un flan de la casa, de la casa Danone claro. Ahora saboreo un cortado, que seguramente me va a atravesar el estómago, mientras espero a que salgan mis vecinos y no quiero que tarden mucho no vaya a ser que tenga que pedirme otro café.
Ya salen, bueno, bueno, bueno¿Que ven mis ojos? ¿Que les habran dado de comer los venezolanos?¿Que ha pasado en El Vaina?¿De que han hablado? Y lo que es peor ¿Como de grandes son las cicatrices que te dejan para operarte de una perforación? Salen tan contentos, tendríais que verlos, cogidos de la mano y se besan y se vuelven a besar y se van, coño se me van ¡Camarero, camarero, la cuenta por favor¡
Los sigo desde una distancia prudencial, aunque viendo como van de acaramelados no creo que se percaten de mi presencia, caminan y caminan por las estrechas calles ¿Donde irán? Me está entrando flato.
Salen, por fin, de estas callejuelas por las que luego, cuando tenga que regresar a buscar mi coche, me volveré a perder. Estamos en una avenida con tiendas, restaurantes, un hotel, claro, ahora lo veo claro, efectivamente, van al hotel, pillines, pillines.
Bueno creo que mi misión ha concluido aquí, así fue y así pasó, como dijo Mari Trini, me repliego a mis cuarteles de invierno.
,Después, a lo largo del verano, muchas fueron las veces que salieron a comer y a echarse una siestecita, pero las familias volvieron a sus hogares y Andrés y Olga no se ha vuelto a ver juntos, creo que lo han dejado.
Algunas mañanas, muy temprano, cuando Andrés desayuna le veo desde mi ventana como desnuda y acaricia una magdalena antes de mojarla en el café y morderla, unas gotas de café le resbalan por la barbilla mientras entorna los ojos.

8 comentarios:

Lula Towanda dijo...

El final mas tierno que las magdalenas del Mercadona, más buenas que las de . la tía Léonie de Marcel de Proust,

Antonio Latorre Jimenez dijo...

Como siempre. En busca del tiempo perdido y de las muchachas en flor.

Antonio Latorre Jimenez dijo...

El arroz, parece ser que se lo ha beneficiado el señor jubilado

Anónimo dijo...

¡Que pena! Yo los estaba esperando a la puerta del hotel y me perdí el bocata de calamares, o la tortilla de patatas, con una cervecita con gaseosa pero con alcohol.
Claro que me enteré que les asignaban la habitación Nº 69, pillines, pillines...

Anónimo dijo...

Ese crgvmup es unjubilado, en lugar de la gaseosa me echarían ginebra?

cerise dijo...

pero llegará el proximo verano y las lagrimitas se convertiran otra vez en sonrisitas.....

vilipendia dijo...

Qué guay! Me ha encantado, encantado, encantado. Esa canita al aire sin consecuencias reales que alegra los corazones.
Me meo con Camarón y la cicatriz de la operación.
Ay, en el fondo, qué alegría el otoño.

la-de-marbella dijo...

Ohhhhhhh Que bonito.Yo que esperaba episodios de lujuria y pasión!!!!!! jajajajaja. Me encanta. Cuentanos otra. Besos