jueves, octubre 05, 2006

Voy a descubrir el paste III. El mensaje


Aprovechando que me he ausentado de mi puesto de vigía por confusión, me acercaré a mirar a través de mi mirilla profesional. Oh no, no me lo puedo creer, no es Olga, es un mensajero.
Mi mirilla es tan buena que desde detras de mi puerta pude ver como, a Andrés, le cambiaba la expresion de la cara en cuanto abrió su puerta, el mensajero le entregó una carta, él firmo y se volvió a meter en casa mirando la carta y pareciendo no entender muy bien lo que estaba pasando.
Yo si lo sabía, Olga se excusaba por no poder acudir a su cita por falta de tiempo o quizas se arrepintiera no se.
Corro hacia la ventana intentando ver lo que hace Andrés, esta leyendo la carta, que cara se le ha quedado al pobre, esos ojos luminosos, esa espalda que se endereza, ese pecho fuera y su boca exhibiendo una esplendida sonrisa. Pero ¿Que está pasando? Andrés está muy contento, entusiasmado, se quita el delantal salmón, se pone su chaqueta y sale pitando, pero bueno ¿A donde va con tanta prisa?¿Que dice la carta?¿Que va a pasar con el arroz? y lo que es peor ¿Yo que hago, le sigo o no le sigo?
No se porque me hago esta pregunta porque mientras él ha bajado al garaje por el ascensor yo he bajado volando por las escaleras y le espero sentado en mi coche jadeando pero, no obstante, preparado para seguirle al fin del mundo si fuese preciso.
Que látima de arroz, no me lo puedo quitar de la cabeza.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No te preocupes por el arroz, ni las gambas me lo comí yo y después salí disparado al hotel que... bueno ya te enterarás.
Saludos

cerise dijo...

ufffffffffff acabo de leer el pastel II y vine rapidamente aqui para saber mas.............. ¿¿¿ YYYYYYYYYYYYYYYYY me quedo igual!!!!!!!!!!!! JOOOOOOOOOOOOOOOOO Don chismoso que manera de intrigar al personal!!!!!!!!!!!!!!!

vilipendia dijo...

¿Y se preocupa usted por el arroz, sr. cotilla? ¡Que le den por culo al arroz, hombreya! ¿Y nosotros? A nosotros nos va a matar esta incertidumbre... Usted mismo, tendrá que vivir el resto de su vida con ese peso en sus espaldas.

Lula Towanda dijo...

Eso es llevar el trabajo a sus últimas consecuencias. No se iba a perder usted el final y dejarnos a nosotros sin los secretos de Andrés

la-de-marbella dijo...

Por momentos va ganando en intensidad la historia (me como las uñas) y sigo leyendo el desenlace.