Entré en la nueva charcutería, que en realidad seguía siendo la misma, solo el dueño y el nombre habían cambiado realmente.
Eso si, menos clientela si tenía, el pobre Galindo estaba más solo que la una, cuando entré, dormitaba detrás del mostrador quizás soñando con colas y colas de clientes pidiendo más y más cortes de solomillo.
Al verme se levantó rápidamente y me presentó su mejor sonrisa, pero en cuanto abrí la boca la cambio por una mueca de decepción, seguramente no era el primero que le hacía la misma pregunta.
-Buenos días, podría decirme donde está el señor Cifuentes.
-¿El señor Cifuentes, no? Pues mire, no lo se, ni me importa, esta es ahora mi charcutería ¿sabe usted? la charcutería Galindo y sigo ofreciendo los mismos productos y con la misma calidad o mejor aun, si cabe.
-Si hombre, si no lo pongo en duda, yo era un buen cliente y seguramente lo seguiré siendo, pero ahora no vengo a comprar si no a interesarme por el paradero del antiguo dueño.
-Pues, ciertamente no lo se. Verá desde hace tiempo le venía ofreciendo un buen dinero por comprarle el negocio y ahora, que ya había desechado cualquier esperanza de convencerlo, una noche, ya tarde, me llama y me lo ofrece por las buenas y en unas condiciones muy ventajosas para mi, así que de la noche a la mañana, porque a primera hora del día siguiente firmamos el traspaso, la charcutería pasó a ser de mi propiedad tal y como lo deseaba desde hace tiempo.
Yo siempre he trabajado en carnicerías ¿sabe usted? Pero mi sueño era poseer la mía propia, ¿sabe usted?..
-Bueno, bueno, ya me contará usted otro día, cunado venga como cliente, le aseguro que me encanta escuchar todo lo que me cuentan. Pero ahora solo quiero encontrar a Cifuentes.
-Ya le he dicho que no lo se, todo fue tan rápido ¿sabe usted?
Así que me fui tal y como vine, de vacío, el señor "Sabe usted" no me sirvió de nada, ahora solo una persona en el barrio podía ayudarme, Pepe el quiosquero, sabía que era mi ultima baza, cerré la puerta y me fuí en su busca.
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1 comentario:
En busca de charcutero perdido y buscando las fuentes de información. ¡Suerte cotilla!
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