viernes, abril 08, 2005
Mira que te lo tengo dicho
Nada, nada, ya podemos seguir con lo que estábamos, solo eran Juan y Juani los del ático que han venido a darle el pésame a Julia, mi vecina de al lado, que hace una semana que se ha quedado viuda la pobre, bueno pobre el difunto, don Ramón, que antes de morirse las pasó mal, pero que muy mal por culpa de su ahora desconsolada viuda.
Siempre estaban discutiendo, bueno ella era la que siempre discutía porque a él ni se le oia, y ella simpre dale que dale:
-Te tengo dicho que cuando vallamos de paseo y al cruzarnos con alguien yo te tiro de la manga, es porque no me quiero parar a saludar y si te tiro muy fuerte, rapidamente nos pasamos a la otra acera porque no quiero ni siquiera cruzarme con esa persona. Pues tú, ni caso, vamos que por culpa tuya le he tenido que dar los buenos dias a esa petarda de doña Clara que no la puedo ni ver.
-Ramón, te tengo dicho que el traje gris nuevo, solo te lo pones los domingos, y hoy no es domingo, me da igual que vayas a comer con tus ex compañeros del trabajo o con quien sea ¿Me has oido? Cambiate, y ponte la camisa azul que para eso te la he comprado.
Y más y más, todos los dias tenía un "te tengo dicho" a su disposición.
Pero ahora ya no tiene a quien teledirigir, o por lo menos eso era lo que yo pensaba, Hasta la otra mañana, cuando vi algo sobrenatural, increible.
Yo estaba dale que te dale a mi rellano, con mi puerta entornada y solo por ser buen vecino y solidario, alargo my limpieza hasta donde puedo. Lo mismo me llego hasta la pueta de al lado que sigo un poquito más y abrillanto al lado del hueco de la escalera.
Pues bien alli mismo me encontraba el otro día cuando se abrió el ascensor y la persona que salio de el no pudo verme ni yo a ella. La seguí, porque el suelo no necesitaba mas brillo y porque me volvía a mi casa, pero tuve que detenerme al oir su voz, la reconocí enseguida.
-Te tengo dicho que te quedes en este rincon del rellano, aqui estas al paso del aire y no te sienta bien.
Le hablaba al ficus, al que yo acababa de cambiar de sitio para poder pasar la mopa, ¡Dios mio, se ha vuelto loca!
Y como un loco, yo también, corri a consultar esta crisis con mi centro de información, el quiosco de Pepe.
-Pepe, Pepe, no te lo vas a creer, Doña Julia, la vuda de don Ramón, habla con un ficus y además le riñe.
-¿Que le riñe dices?
-Si, es como si hablase con su difunto.
-¿Con su difunto dices?
-Si, Pepe, con su difunto digo.
-¿Y le suelta algún "te tengo dicho" como solía?
-Si, si, eso le dijo ¿Que puede significar?
-Lo que me temía, don Ramón reposa para toda la eternidad en el tiesto de ese ficus. ¿No recuerdas que lo incineraron? Pues ahi terminaron sus cenizas, que Dios lo tenga en su gloria.
-Madre del amor hermoso, hasta después de muerto tiene que estar aguantando el pobrecito.
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2 comentarios:
¿Y si le haces un favor al pobre hombre y trasplantas el ficus en secreto al jardín de la plaza de enfrente?
O al menos cámbiale la tierra...
Bienvenido de nuevo,te echabamos de menos.
De momento me limitaré a regarlo habitualmente, no me gusta meterme en los asuntos de los demas, sobre todo si están muertos.
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