Hoy he ido a visitar a mi abuelo Julián, esta en el hospital
Le he preguntado como se encontraba y sin responder a mi pregunta me pidió que me acercara para susurrarme al oído:
-Muchacho, escucha atentamente lo que te voy a decir, cuando llegues a mi edad, o mejor unos años antes, debes hacer algo muy importante, recórtate el pelo de los huevos, no lo olvides. Hace mucho tiempo, desde que murió mi santa esposa, que nadie me ve desnudo y esta mañana me han exhibido por todo el hospital con el culo al aire, me han metido sondas por todos lados, y de todos lo tamaños, ¡Dios que perversión!
Creo que lo único que ha logrado diagnosticarme es que los pelos de los huevos me llegan casi hasta la rodilla, que vergüenza hijo, menos mal que mañana me vuelvo a casa.
Si, es cierto, gacias a Dios no está tan mal como parecía, ahora podrá volver a sus actividades preferidas, que son principalmente dos; subir y bajar las escaleras del El Corte Inglés detrás de las chicas con falda corta -–él siempre dice que la afición nunca se pierde-, y patrullar los aparcamientos de el mismo centro comercial con su viejo y destartalado "dos caballos" que tiene más bollos que la escupidera de un loco, trozos de chapa prominentes y oxidados y los paragolpes retorcidos como cuernos. Bueno pues con esta joya se dedica a ajusticiar a los “"chuletas"”, como él los llama, que aparcan mal sus cochazos ocupando dos plazas de aparcamiento pretendiendo así evitar que los rocen.
Pero no contaban con mi abuelo, les aparca justo al lado encajonándoles su coche a escasos milímetros, chapa contra chapa. Mientras, se pasea escaleras arriba y abajo, volviendo de vez en cuando para ver si pilla a los chuletas intentando sacar sus coches sudando la gota gorda.
¿Sabéis cual es su chiste preferido? Pues te pregunta ¿que es lo que tiene la reina de Inglaterra entre las piernas?
Y la respuesta es: El Corte Inglés
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