miércoles, septiembre 05, 2007
SEMAFORO
No debo de estar bien del todo aún porque me siguen pasando cosas raras y no solo en las tiendas y grandes superficies.
La ciudad también me inquieta y confunde a menudo, ayer, sin ir más lejos, tuve serios problemas para volver a casa.
Después de haber dado un paseo por el parque y estimulado por el ejercicio decidí regresar dando un paseo en vez de coger el autobús que hubiese dejado en mi misma calle. La distancia, sin ser excesiva, podríamos considerarla lo suficientemente larga como para llegar cansado y deseando meterme en la ducha. A mitad de camino empecé a calcular la manera de acortar el trecho y decidí ir tomando pequeños atajos primero y después, ya envalentonado, grandes atajos con lo que solo conseguí perderme camino de mi casa y en mi propia ciudad. Pero esto me pasa por usar demasiado el coche y no estar acostumbrado a callejear.
Traté de orientarme y apelando a mi instinto de conductor me guié por el flujo del tráfico saliendo de las callejuelas y seguir por las avenidas.
Pero ya era demasiado tarde algo, no me preguntéis el que, algo en aquellas callejuelas estrechas y malolientes me había afectado y una vez en las avenidas estuve varias veces a punto de morir atropellado.
Cada vez que llegaba a un semáforo esperaba paciente a que se pusiera verde y cruzar, pero los conductores perecían haberse confabulado para acabar conmigo porque cuando estaba esperando el cambio de luz en el semáforo ellos se quedaban parados, al principio no les eche muchas cuentas pero a la tercera vez ya me mosqueé un poco.
Se quedaban parados y cuando yo iba a poner un pie en el asfalto para cruzar aceleraban como posesos avenida arriba y no eran uno o dos, no, eran todos, ninguno me dejaba cruzar, esperaba otra vez y de nuevo, otros nuevos conductores pasaban cuando era yo el que debería pasar.
A la enésima vez que intenté cruzar, un vehículo se quedó parado, tenia una luz verde encendida y su conductor me miraba con la ventanilla bajada, le pregunté porque se quedaba parado y no seguía adelante como los demás.
Me respondió que esta era la tercera vez que pasaba por el semáforo y como yo seguía aquí pensaba que podría necesitar de su servicio.
Abrí la puerta y entré en el taxi le di mi dirección pero le pedí que antes de acercarme a casa diese la vuelta en la rotonda y volviese a pasar por este semáforo. El taxista, muy profesional, hizo lo que le pedí y cuando estábamos de vuelta en el semáforo se paró porque estaba rojo, los peatones cruzaron y al ponerse verde aceleró hasta llegar a la rotonda done me miró a través del espejo y me preguntó:
-Quiere volver otra vez, estamos a tiempo.
-No, le dije, lleveme a casa, se hace tarde.
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7 comentarios:
Está claro que la ciudad se había confabulado contra ti... pasa a veces, debe ser por algún acto poco decoroso que hicimos, o porque ese día no fuimos agradables con la del pan, queseyooooooooo, pero está claro qeu iban a por ti, y que supiste salvar la piel. Ahora tendrás que pagarlo de otra manera... que sí... que dicen que dios castiga... y mira, casi te castiga del todo... qué habrás hecho??? Por cierto, me alegro de volver a verte, te encontré en Nancy, es que venía y no estabas... veo que ya si. Ok, pasaré por aquí si te parece bien para vigilar tu salud física, la mental es cosa tuya. Huye estos días de los semáforos, y procura ir en coche... que no se yo.. que suena todo muy raro....
Como anecdota chula, como cuento cojonudo. Como anecdiota contada, idem. En resumen, que me ha gustado.
Se feliz
Yo soy de las otras. De las que arrancan cuando el semáforo peatonal se pone verde.
Señorita Maléfica, con perdón, ahora que lo dices puede que debido a mi calidad de conductor reincidente no haya sido capaz de ponerme en el papel de peatón y así cuando el semáforo se pone verde para los coches yo pensaba que se me ponía verde a mi, pobre e incauto peatón novato.
Zifnab eres un adulador, pero ten cuidado con Harapos.
AYYYYYYYYY, QUÉ RAZÓN TIENEEEEEE¡¡¡¡ Yo tb soy conductora habitual y peatona muy ocasional, y mira, es que ni miro los pasos de cebra, y siempre pienso, un día, me atropellarán, por gilipollas. Habrá que sociabilizarse un poco mas, peinarse las calles, y estar en contacto con las señales de tráfico de manera mas personal-peatonal. Qué bien se explica¡
Ese Zifnab es un tío bien chulo... mola su blog, mola¡¡¡ Cómo el suyo, no se me encele, por dios...
Veo en Harapos, me perdone la señorita, una futura Hanibal Lecter...ejemmmmmmmm
Si yo lo hago sin querer, en serio, Chisme lo ha descrito perfectamente. No es la primera vez (ni la segunda) que veo como el semáforo peatonal se pone verde y yo arranco, inconciente, mientras oigo como mi copiloto dice "Adonde vas locaaaaaaaaaaaaa"
Muy buena imagen. Casí he creido verte a pie de semaforo mientras esperabas tu oportunidad. Me ha resultado inquietante la situación.
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