martes, marzo 15, 2005
Mi vecina "La Limpia"
Ya hacía tiempo que venía sospechando, si. Mi vecina del 4º A gastaba mucho en productos de limpieza, me lo había comentado hace tiempo, como por casualidad, Paquita la de la droguería. Es más, Pepe, el quiosquero, comentando cosas al azar, vino a decirme que su revista preferida era una de muy poca tirada que se llama "Casa Reluciente".Más datos, es la que vive justo encima de mi y nunca, fíjense lo que les digo, nunca jamás he oído sus pasos, parecían levitar. Eso es algo que me tenía tremendamente preocupado, no es normal.Ahora, lo que se ahorraban en pisadas lo resarcía ella con el aspirador, todo el día "dale que te pego" incluso sospecho que tiene varios a juzgar por la variedad de sonidos que me llegan.Pero el colmo de todo ha llegado a mis oídos esta mañana. Yo no tengo hijos pero me gusta pasear por la entrada del colegio a la hora de salir de clase, no por nada sino porque siempre se junta un corrillo de madres con interesantes conversaciones. Pues bien, saltaba de corro en corro alegremente cuando un inocente comentario despertó mi curiosidad.-Si hija si, te lo juro, lo se porque mi Juanito es muy amigo de su niño, el Javi, van al mismo curso y lo invitó este sábado a su cumpleaños. Un fiestorrón, no faltaba de nada, mesas llenas de sanguiches, medias lunas, bocadillos, tarta de chocolate, chuches, refrescos una piñata, hasta contrataron un payaso, ya te digo una pedazo de fiesta, tienen mucho poderío los Núñez. Pero lo mejor de todo es que todos los niños, quince o veinte que fueron, todos tuvieron que quitarse los zapatos y calzarse unas zapatillas de paño, ¡y tenía para todos!
Realmente inquietante ¿No creen? Como es lógico la cosa no quedó así, yo necesitaba saber si eso era cierto así que ni corto ni perezoso me dirigí a su casa con la excusa más tonta que se me ocurrió.
-Hola vecina, buenas tardes, perdone que le moleste pero es que me he enterado que tiene usted arreglado el armario empotrado de la habitación que pega justo a la cocina y creo, por los comentarios que me llegan, que le ha quedado muy bien, casi como si fuera un vestidor. Como tenemos el mismo piso y estoy pesando reformarlo, me he dicho ¿Y porque no subes a verlo en un momentito? Todo el mundo dice que esta genial.
Claro que si la pillo en un mal momento...
-Nada nada hombre, faltaría más, pase usted y se lo enseño.
Y pasé, si di un paso, o por lo menos esa era la intención porque antes de que me diera cuenta ella había sacado de no se donde unas zapatillas y amablemente me dijo:
-Si no le importa, cámbiese de calzado por favor.
Y me cambié, pasamos a ver el armario, me explicó con todo lujo de detalles como se le ocurrió y como lo hizo y después me invitó a tomar café y me siguió explicando más y más cosas alas que yo no atendía. Solo disponía de mis sentidos para las zapatillas, yo llevaba zapatillas, su marido llevaba zapatillas y los niños que correteaban por la casa lo hacían en zapatillas.
Solo me quedaban por hacer dos cosas preguntarle, lo más diplomáticamente posible, el porqué de las zapatillas y al salir intentar ver de donde saca tantas zapatillas.
A lo primero me respondió como esperaba, por higiene, excesiva para mi gusto, pero era por higiene. Toda la casa relucía de limpia, ni una mota de polvo, todo brillaba y relucía higiénicamente, me hubiese dejado operar en su salón.
Después al salir, estuve atento y cuando le entregue las zapatillas me fijé, justo detrás de la puerta de entrada un armario escondía su tesoro, decenas de zapatillas de todos los colores y tamaños perfectamente ordenadas para calzar cualquier visita inesperada en un santiamén.
Me volví a casa pensativo, pero a los pocos segundos me agarré un cabreo impresionante, uno, dos o puede que más aspiradores comenzaron a funcionar nada más irme de su casa, pero si estaba limpia, ideal para la portada de "Casa Reluciente"
¿Era yo el sucio acaso?
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